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LA RAE
Augusto Alcocer Martínez
- ¿Piensa que la RAE tiene el control oral y escrito en el uso de la lengua española?
Lo tiene desde hace tres siglos cuando florecía la metrópoli madrileña y ejercía dominio absoluto sobre las colonias americanas; se podría decir que la religión, la lengua, los numerosos productos culturales y hasta las castañuelas pasaron a América para firmemente arraigar entre nosotros.
La RAE desde su vieja sede de Madrid, gracias al prestigio de sus miembros ordena y manda, desde su fundación en el S. XVIII, en asuntos de escritura (lengua escrita) hasta, digámoslo tentativamente 1925, año de la irrupción de toda clase de Americanismos en el DRAE. Desde este momento, a mi juicio, se inicia un proceso de apertura que no ha concluido en términos de léxico, y ha empezado en estas últimas décadas una etapa de consenso (mutua discusión o consulta) entre todas las Academias hispanoamericanas, incluyendo la filipina con la matriz española; piénsese en el campo la Ortografía, la Gramática y en el Diccionario, creo que vamos por buen camino.
Es otro cantar, la oralidad, ya debemos pensar con seriedad de la variedad lingüística, del carácter dialectal, de las modalidades que por básicas razones diatópicas, diastráticas y diafásicas que se producen en el seno de la lengua.
Si la RAE ha pensado que la lengua es un cuerpo monolítico , al cual se aplican rígidas normativas destinadas a privilegiar los hábitos comunicativos de una élite culta (la Corte Real, antes); asume modernamente una conducta discriminatoria, que pasa de largo y no reconoce las variedades dialectales tanto en la Península como en Hispanoamérica, pongo adrede el ejemplo de las denominaciones americanas para el concepto de ‘tonto’ (para condolerme del autor de la monografía, desaparecido físicamente el pasado 12 de abril de 2012 , José Luis Rivarola, brillante investigador del Castellano del Perú).
El presente nos encuentra con la certidumbre que ya no hay centro socio político en la lengua, no existe un dueño del lenguaje; los centros del lenguaje abundan: Buenos Aires, el distrito Federal de México, Bogotá, Santiago, Lima, con su vieja Universidad, en fin. Hoy podemos legítimamente contrastar el habla de Lima con el de Santiago y así por el estilo.
- ¿Cree que la gramática de la lengua española es sexista?
Sin duda ninguna, sí, aunque debo confesar que estoy contento de haber nacido macho.
Y para apoyar mi afirmación nos volcamos a la cotidianidad para ofrecer numerosas muestras:
Contemplamos un auditorio lleno de damas y muy pocos caballeros, no es raro que el orador de turno se dirija a todos (no a todas) con esta fórmula, señores y señoras… La llamada concordia gramatical entre dos formas propuestas para el género, masculino y femenino (ya ven que se desliza suavecita la respuesta) siempre prevalece la marca ‘masculino’:
Las reinas de belleza , las azafatas , tres monjitas y el
Piloto fueron secuestrados.
La gramática y la lexicografía establecen que para los efectos de incluir una entrada léxica en un diccionario en el encabezamiento o lema debe primar el género masculino porque frente al femenino es menos marcado morfológicamente:
Pava, pavo, pavita.
En este caso la entrada será ‘pavo’. Claro los cánones no funcionan para los cientos de lexemas femeninos como: bola, chirimoya, mapa, mesa, etc.
El siempre debatido tópico de los títulos, grados profesionales y el nombre de dignidades se puede presentar de dos modos, uno el de la escritura que siempre va acompañada por el mandato de la ley que obliga a concederlos en masculino:
Médico-cirujano, abogado, profesor, licenciado, ingeniero,
Doctor, Teniente, Mayor, Presidente de la República, Ministro, Fiscal Supremo, Gerente.
Lo que sucede es que el gramático forma parte de la sociedad, en consecuencia , recibe de ella las costumbres e ideologías reinantes del momento que perceptible o imperceptible ‘pasan’ al libro que se llama ‘Gramática’ , y para que no queden duda ni murmuraciones lleva la coda de ‘oficial’.
El otro modo es el habla, en rigor, el uso de la lengua por parte de la gente, que en muchas ocasiones se impone o prevalece:
Abogada, profesora, licenciada, ingeniera, capitana, doctora, ministra, parlamentaria, alcaldesa, gerenta, jefa; y de un tiempo a esta parte ya no hay ‘poetisas’ en el Perú, abundan las ‘poetas’. Si resucitaran mujeres del mérito como Mercedes Cabello o Clorinda Matto de Turner pensarían lo de siempre: los tiempos cambian.
- ¿Cree que se debería simplificar la ortografía de la lengua española?
Debo señalar que me he excedido con las dos preguntas anteriores, de modo que seré breve.
Contestaré resueltamente, me adhiero a la idea de reforma, simplificación o actualización de la escritura castellana que primó en el siglo XIX (después de la Independencia Política americana) impulsada por Faustino Sarmiento, Andrés Bello y en el Perú, por Manuel González Prada. En estos días me pongo al lado de innovadores como Gabriel García Márquez.
Hay que decir que el habla es sonido, pronunciación, mutable, cambia rápidamente en el tiempo, las palabras vuelan; en cambio la escritura camina paso a paso como la procesión del ‘Señor de los Milagros’ y requiere ponerse a tono con la dinámica del Habla, porque siempre va a la retaguardia del cambio, los grafemas necesitan digamos candados o tres generaciones reexaminarse y contemplar su directa correspondencia con los sonidos aislados o agrupados del castellano.
- A la luz de los adelantos tecnológicos, de la rapidez con que se transmite la información que produce cambios en los usos lingüísticos ¿Cuál debería ser la función de la RAE?
Me considero vivo como un producto cultural del S. XX por lo tanto no me muevo con eficacia en los dominios de la Hada Cibernética o en la Informática; no obstante constato el influjo arrasador de los tecnicismos de base inglesa sobre el castellano ¿qué hacer? Se me ocurre que la RAE debe cumplir un urgente rol de contrapeso: poniendo en marcha un plan de castellanización, estandarización que uniformice tantos neologismos extranjeros.
- ¿Qué significa que una palabra de uso hispanoamericano esté incluida o no en el DRAE?
Frente a la cuestión se presentan dos posturas : la primera , a la que me sumo cada día con mayor camote , corresponde al pensamiento lingüístico de mi querido Maestro Pedro Benvenutto Murrieta , me parece que figura en su Quince plazuelas , una Alameda y un Callejón (1932) sostiene que debemos desterrar la preocupación si un llamado ‘peruanismo’ este incluido o no en el DRAE; pues nos sentiríamos contentos si nuestras voces típicas satisfacen los requerimientos comunicativos de la comunidad de habla nacional .Para el joven Benvenutto (1932) basta y sobra que el complejo castellano peruano y sus creaciones típicas circulen como monedas de buena ley.
La otra coincidiría con la posición que adoptó Ricardo Palma en 1892 para quien resultaba inconcebible que la RAE se negara a recepcionar las casi cuatrocientas papeletas peruanas que llevaba el tradicionalista en su faltriquera. Don Ricardo sin exagerar , saltó hasta el techo ,y en un pleno de la Academia en Madrid hablo de desaire , de maltrato y hasta amenazó con retirase, como protesta , de las sesiones académicas; Palma fue más lejos prometió desvincular la Academia correspondiente (la peruana) de la matriz española .Si en estos días me tropezara con Don Ricardo en la Av. Abancay , ya con los ánimos serenos , le tendría que decir que el mundo sigue andando, no porque un barco se hunda se deja de navegar , que con Academia o sin ella el habla peruana y la hispanoamericana gozan felizmente de muy buena salud.